martes, 3 de abril de 2012

Reflexiones sobre la Huelga General del 29 - M

La huelga general ha sido un éxito. En realidad siempre lo es, cualquier huelga triunga, porque su configuración social y jurídica está pensada para que así sea. Además, puede añadirse, que así debe ser. Porque es el ejercicio de un derecho fundamental, porque está reconocido en la CE, y porque es un mecanismo de defensa de los trabajadores, de la clase trabajadora, de todos, como dice el art. 28 CE.
Triunfa porque los sindicatos mayoritarios quieren que triunfe, porque es contra un gobierno del PP y porque es contra una reforma laboral.
Pero para qué triunfa, cuál es su éxito, en qué consiste, en qué se proyecta, en qué se concreta...
Depende, naturalmente de cuál sea el devenir de los tiempos. Ahora bien, en este caso ha sido: improductiva, y contraproducente.
Improductiva, porque la imagen que se ha dado de España en el exterior, especialmente en la UE es lamentable, nos acerca a la Grecia más conflictiva y no sitúa en un escenario de conflictividad laboral que nada tiene que ver con la realidad social española, ni con el comportamiento sindical de nuestros sindicatos, generalmente muy responsables.
Y sobre todo es contraproducente, porque la ciudadanía no puede compreder las razones y motivos de una huelga general contra una reforma articulada por Real Decreto que está siendo tramitada en el Parlamento como Proyecto de Ley.
Baste recordar, en este sentido, la ilegalidad de las huelgas políticas y de aquellas articuladas contra los poderes del Estado, entre ellos, naturalmente el parlamento.
Y si la Ley finalmente queda como está y es aprobada por una mayoría de los diputados y senadores de las Cortes Generales. Diremos también en este caso que la huelga es razonable. No. La huelga tenía que ser planteada ahora porque era la única manera en que no se considerase abiertamente ilegal, poniento el acento en la falta de acuerdo del Gobierno del PP con los sindicatos.
Pero, ¿es que las normas laborales tienen que ser pactadas con los sindicatos acaso?. No. Las normas las aprueban quien tiene la competencia constitucional para ello. ¿Puede el Gobierno plantear una huelga contra los sindicatos?. No. Es una barbaridad plantear esta hipótesis, porque no es sujeto legitimado para ello. Del mismo modo que lo es plantear una huelga contra un poder del Estado, contra el Ejecutivo, porque ejerce una de las potestades constitucionales que tiene legalmente atribuidas.
En todo caso, la huelga general ha sido un éxito. Mal nos iría si tuvíésemos que decir lo contrario. Mal nos iría si la huelga gneral hubiera sido un fracaso. Mal nos iría si una huelga planteada por las centrales sindicales más representativas del país no fuesen capaces de llevar a buen puerto una huelga general.

En los blog citados en esta página podrá el lector observar una visión algo distinta. Dos reflexiones merecen especial anteción. La del Profesor Aparicio con respecto a la deslegitimación del Gobierno del PP por la huelga general, a mi juicio un tanto excesiva. Y la del Profesor Valdés Dal-Re, especialmente brillante, en cuanto al análisis de ideología neoliberal y autoritaria que están en la base de la reforma laboral de 2012.

Sea como fuere lo cierto es que la huelga no ha conseguido su objetivo, y problablemnte no tendrá más fuste que el que se le quiera dar desde el recuerdo de un día de fiesta. La reforma laboral no va a modificarse por esta huelga general, que era su objetivo directo.

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